La
20. Euskal Denda ha batido todos los récords de público,
consiguiendo superar una barrera que parecía infranqueable, la de
los veinte mil. En total han sido 23.065 los visitantes que han
acudido hasta Durango a comprobar que, la artesanía es un referente
cultural y un motor económico a tener en cuenta y a potenciar.
Gracias a esta afluencia de gente, las ventas han superando las de
ediciones anteriores.
Los organizadores
de la Euskal Denda, la Asociación Nacional de Artesanos, Arbaso, se
mostraban muy satisfechos por la recepción de un año “muy
especial. Cuando empezamos con este acontecimiento en 1995, no
sabíamos a dónde íbamos a llegar. Ahora comprobamos que venir a
Durango se convertido en tradición en este puente de diciembre y con
veinte años somos ya un referente”, destacaba Bernat Vidal
presidente de Arbaso.
Sobre el salto
cualitativo que ha dado la feria en cuanto a asistentes, a juicio de
Vidal “tenemos un público fiel. Este sabe que, lo que va a
encontrar en la Euskal Denda es arte, es vanguardia, es
contemporaneidad, es originalidad, es apoyar nuestra cultura,
nuestros oficios y generar economía de país”.
Las visitas han
sido constantes durante los cinco días de duración, “pero en
ningún momento hemos sentido agobio de gente. Ha sido una afluencia
pausada pero constante. Esto ha permitido que el público haya podido
ver con tranquilidad y sosiego los expositores, haya podido preguntar
al artesano y haya disfrutado viéndoles trabajar en directo”.
Evidentemente,
todo ello ha redundado en las ventas. “Los primeros días fueron
más fríos en ese sentido, pero finalmente hemos conseguido ponernos
a la par de ediciones anteriores e incluso superarlas. Esta es
nuestra gran plaza, hacemos más ferias y más actividades, pero la
niña bonita de la asociación es la Euskal Denda”, destacaba
Vidal.
Con la mirada puesta en
la edición número 21, el presidente de Arbaso apuntaba a que
“seguiremos apostando por poner en valor a nuestros artesanos y,
para ello es importante demostrarlo in situ. Quizá en eso radique el
valor principal de la Euskal Denda, que el visitante ve trabajar a
los artesanos y descubre realmente el valor que tiene lo que está
expuesto”, concluyó.
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